La colombofilia en Argentina, más de 125 años de historia

Viernes, 18 Septiembre, 2015

Argentina, país sudamericano. Viene bien conocer algunos datos de importancia:

Este país se independizó de la Corona Española en 1810, fecha similar a la de otros países del cono sur como Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia.

Actualmente tiene 40 millones de habitantes, distribuidos en su gran territorio, de casi 3 millones de km2, ¡100 veces el tamaño de Bélgica!

Ello implica que su densidad es de 15 habitantes por Km2, cuando en Bélgica es de 354 personas. Sin embargo, la población argentina se concentra en algunas grandes ciudades, tal es el caso de Buenos Aires, su capital, que es habitada por 13 millones de habitantes. Le siguen Córdoba y Rosario, con aproximadamente 1,3 millones cada una.

Básicamente en el centro del país se concentra gran parte de la población.

Allí reina una superficie plana, y un clima que llega a 0º en invierno, y a los 35º en verano.

En los extremos del país, es posible encontrarse con clima subtropical, así como antártico en la Tierra del Fuego. Montañas, glaciares, cataratas, selva, son paisajes muy conocidos en Argentina.

En cuanto al deporte colombófilo, hay mucho para contar.

El 15 de Agosto de 1886 llegaron en el Vapor Senegal, a Buenos Aires, con destino a la cercana ciudad de Zárate, para trabajar en una celulosa, los colombófilos belgas Emilio Duvivier y Pedro Van den Zander. Ambos llevaban palomas, y se reconoce a esa fecha como el inicio de la colombofilia argentina.

Sede de la Federación Colombófila Argentina

Poco a poco la actividad fue desarrollándose, primero en Zárate, donde a falta de relojes los aficionados corrían con sus palomas a un punto central donde había jueces, luego en Buenos Aires, y posteriormente se diversificó la afición en ciudades como Bahía Blanca, Rosario, Avellaneda, Santa Fe, Córdoba, Pergamino.

En 1926, el entonces presidente de la nación decidió crear la Federación Colombófila Argentina, bajo el mando de los militares del país, vistos los antecedentes europeos del uso de palomas como mensajeras. En 1945, se llegó a tener la mayor cantidad de criadores reconocidos en el país, unos 6000, que anillaban 120000 pichones. Era una época de gran actividad colombófila, y con buen desarrollo colombófilo, incluyendo importaciones de palomas de los mejores colombófilos europeos, planes de vuelo con concursos de larga distancia, vuelos nocturnos.

Con el paso de los años la cifra de aficionados fue decreciendo, hasta nuestros días, en que existen en el país unos 2000 colombófilos. Todos se encuentran afiliados a algunas de las 150 asociaciones en actividad, que a la vez están nucleadas en la Federación Nacional. El anillamiento anual, ronda las 130000 unidades.

Juan Carlos Galanzino. Presidente de la Federación Colombófila Argentina

A la hora de competir, los argentinos optan por organizar sus planes de vuelo durante el invierno y la primavera. Suelen iniciar los concursos en Junio, y terminarlos en Noviembre.

Normalmente, las Asociaciones se agrupan en “Circuitos”, y comparten el transporte. Así mismo, llevan a cabo clasificaciones regionales.

Un plan de concursos de un club en Argentina es similar al de los alemanes.

Utilizan un sistema progresivo, en el cual los concursos van incrementando la distancia de domingo en domingo. Suelen organizarse “líneas” con distintas orientaciones, de 3 a 4 concursos.

Cuando llegan al último, inician otra línea hacia otro punto cardinal. Abundan los concursos de semifondo, ya que descartan hacer competencias a menos de 200 Km.

Cada aficionado puede enviar una cantidad limitada de palomas, que ronda entre 6 y 12 por concurso, divididas en yearlings y adultas. Los pichones no concursan en su año de nacimiento.

Al avanzar la temporada, comienzan los concursos de fondo, enviando cada competidor normalmente no más de 4 o 6 palomas.

En todos los casos, si quiere enviar más palomas, pueden ir sin goma, a entrenamiento, o inscribir un segundo equipo a su nombre.

En la fotografía anterior podemos apreciar el palomar de Pedro Goldenberg, Vicepresidente de la FCA, en Pehuajo, Provincia. de Buenos Aires

Existen clubes que organizan sus campeonatos de una forma muy llamativa: en un mismo domingo, realizan sueltas desde 4 puntos cardinales, y dividen el lote de palomas que envía el competidor entre ellas. Ejemplo: se envían 3 palomas al Este (400 Km.), 3 palomas al Oeste (400 Km.), 3 palomas al Norte (400 Km.) y 3 palomas al Sur (400 Km.). Es un sistema exigente, hay que saber cuales enviar a cada extremo, y tener la paciencia de esperar las distintas llegadas. Se argumenta que de esta forma, influye menos en los resultados globales el viento.

En materia de Gran Fondo, desde 1998, ha tomado un importante auge. En aquel año, la Federación Argentina organizó un concurso desde Zapala (en el sur del país), abierto a palomares ubicados a más de 900 Km.

Participaron en esa oportunidad casi 10000 palomas, cifra record. Año a año, ese concurso se ha ido repitiendo, y se han agregado otros, como los clásicos de Cataratas del Iguazú, Clorinda, Neuquén. Es común que participen entre 500 y 1000 palomas, ya que normalmente cada aficionado envía equipos de 2 palomas.

El año pasado, se organizó nuevamente un Campeonato Nacional de Gran Fondo, tomando todos esos concursos como puntuables. Obtuvo el primer lugar un palomar de San Antonio de Areco, la dupla Fanti-Scepacuercia.

Para esta temporada, la Federación Nacional repetirá la suelta en Zapala, y a la vez otra desde el conocido “Obelisco”, en pleno centro de Buenos Aires.

Junto a estos concursos, habrá una serie de concursos especiales, llevados a cabo por distintos organizadores a nivel nacional.

En cuanto a los palomares argentinos, suelen ser abiertos, con soleras, perchas en lugar de nidos, construidos en madera o material de construcción. Algunos se ubican en los techos de las viviendas.

Suelen disponer de entre 15 y 20 casales de reproducción, anillar unos 70 pichones por año, y enfrentar la campaña deportiva con otras 30 palomas adultas. Abundan las hembras, que suelen ser las predilectas para concursar. Lo hacen “a palillero”, es decir, con pocos incentivos sexuales, aunque está de moda hacer una especie de semiviudaje.

Para la alimentación disponen de mezclas comerciales elaboradas en el propio país, así como medicamentos que se producen por laboratorios argentinos. Como si fuera poco, ya se fabrica en Buenos Aires un modelo de gatera electrónica, que reemplazará a los viejos relojes STB y Junior, abundantes aún entre los aficionados.

Otro aspecto de moda son los “colombódromos”. Hay 5 en actividad, con importantes premios en dinero. Cada uno suele recibir unos 700 a 1000 pichones anualmente.

En fin, una colombofilia en tierra lejana, digna de conocer, a la vez que las maravillas geográficas de este país que en el futbol se destaca, con su inolvidable Maradona, y su más que vigente Leonel Messi !!!!

Federico Arias
Córdoba, Argentina
fedearias_04@hotmail.com


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