Cuando hablo con Domingo José Hernández Tome, “Domingo Tomé” para los compañeros, veo al colombófilo canario de toda la vida. Un colombófilo comprometido con sus palomas, que las observa, que las entiende y que se fija metas que, aunque con dificultad, puede alcanzar y que, de hecho, muchas ha alcanzado.
Desde muy temprana edad a Domingo le despertó un interés desmedido observar como una paloma ponía un huevo. Para el niño que era entonces, aquello le pareció algo más que excepcional y por ello, cuando a su padre, un amigo le regaló un par de palomas mensajeras, fue el momento de iniciarse en la colombofilia y mantenerse en ello muy cerca de los treinta años.
Desde siempre le ha preocupado informarse y formarse en todo aquello que se mueve en torno a las palomas. Lee, observa, pregunta y escucha. Y todo esto desde un principio que aprendió de un viejo maestro: Lo importante en las palomas “es el ojo y la cagada”.
Así ha aprendido a conocer a cada una de sus palomas, a observarlas como vuelan, como se posan y como se colocan en el palomar y pone toda la atención posible en observar cómo llega cada una de sus palomas a sus regreso de viaje. Y esta observación detallista le sirve, tanto para calificar a la paloma que llega, como para determinar si la envía o no a la próxima suelta.
Aunque la explicación no resulta fácil, Domingo expresa con una simple frase, lo que le transmite una paloma para decidir si la envía a una suelta o no. El dice “se ve”. La paloma “le dice” como se encuentra y la disponibilidad y garantía para un viaje.
Practica una colombofilia basada, fundamentalmente, en el amor a sus palomas. No les obliga a volar más de lo que ellas desean y, respondiendo, a la tradición colombófila canaria, empareja las palomas para viajar “al natural” cuando empiezan los grandes fondos, jugando con el millo y la cebada como elementos fundamentales en la alimentación de sus palomas.
No tiene mayor interés por las distintas teorías que podrían definir una mayor o menor calidad en las palomas, pero si es exigente en cuanto al “equilibrio” al que le da la máxima importancia. Tal vez porque es algo a lo que los grandes fondistas de los últimos tiempos en Canarias, le dan mucha relevancia y de los que, Domingo, aprende y comprende el más mínimo detalle que le pudieran aportar. Siempre quiere aprender de los mejores.
El equipo reproductor de Domingo, unas veinticinco parejas, en su mayoría viajadas de fondo y gran fondo, proceden de las palomas de los hermanos Quesada López, en su mayoría procedentes de colombófilos canarios ya fallecidos, como Juan Carrillo, Pagés o Morente. En su mayor parte azules moros y rodados, de tamaño medio y, generalmente, con ternillas muy pronunciadas como la mayoría de las viejas estirpes que se cultivaron en Canarias y que Domingo conserva, cuidando los emparejamientos para que la posible consanguinidad no merme la calidad.
Especial interés para Domingo, la tiene un macho del año 2005, del que tiene varios descendientes en la reproducción, que ha dado innumerables hijos de fondo. Tal vez por ello prefiere mandar a los fondos los machos antes que las hembras.
Para Domingo Tomé son fundamentales las sueltas desde África. No concibe la colombofilia fuera de estas sueltas. Aunque son sueltas entre los 500 y los 1000 kilómetros, en las que, en las de mayor distancia, nunca se ha llegado al 10% de recepción sobre las enviadas.
Ha comprobado una paloma de Tan-Tan en el 2008; una paloma de Essaouira, tres de Akfhennir y dos de Tan-Tan en 2010; una paloma de Safi, una de Cabo Ghir y tres palomas de Tan-Tan en el 2011; una paloma de Essaouira y otra de Cabo Ghir en el 2012 y en el 2015 una paloma de Safi. Distancias estas entre los 416 y 800 kilómetros.
Aunque desde este Continente ha colocado palomas de todos los puntos de suelta, no lo ha logrado desde Casablanca, pese a haberlo intentando con sus mejores palomas. Pero hay que valorar que, habiéndose mandado 3.075 palomas en los últimos años, se han comprobado 118, es decir, una recepción por debajo del 4%.
Prácticamente, desde los comienzos en el Club Grupo Colombófilo de Tenerife, ha sido muy competitivo y así, por ejemplo, en el año 2008 en dicho Club cosechó un segundo puesto en el Campeonato Social, un primer puesto en el Campeonato de Series, un primer puesto en el Campeonato de Adultas y un segundo en el Campeonato de Fondo.
En la campaña de 2017, participando en los Campeonatos Nacionales Insulares, su paloma 65775/14 resultó galardonada como As Paloma de Fondo.
En esta misma competición de Nacionales Insulares, se clasificó en tercer lugar en el campeonato de Prestigio Nacional de Fondo de dos años e igual clasificación en el de tres años.
En esta última campaña de 2017. en el Club Colombófilo Gran Fondo, donde participa actualmente, se ha clasificado segundo del Campeonato Social, segundo en Medio Fondo, tercero en Gran Fondo, cuarto en Fondo, sexto en General de Velocidad y primero en el prestigioso trofeo Carmelo Martín.
En esta campaña logró comprobar doce palomas de las sueltas de Alta Mar que siempre entrañan gran dificultad. Así comprobó cuatro palomas de 439 kilómetros, cinco palomas de 460 kilómetros, una paloma de 498 kilómetros y dos palomas de 698 kilómetros.
Domingo Tomé es un colombófilo canario que, si bien mantiene comportamientos clásicos y tradicionales de la colombofilia en Canarias en cuanto a tipo de palomas, sistemas de vuelo y tratamientos, al mismo tiempo bebe diariamente de las mejores fuentes de los mejores colombófilos que, en cada campaña, aparecen en lo más alto de las competiciones, especialmente de los grandes fondos.
Todo un campeón que suspira por recuperar las sueltas de África con garantías suficientes, para que se puedan valorar adecuadamente a nuestras palomas.
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Domingo José Hernández Tome
