Este testimonio lo recogemos de la Guía Oficial de Cádiz denominada Guía Rosetty de los años 1882 y 1883, esta guía recogía los hechos, muchos de carácter social, más destacados de la Ciudad en anuarios.
Destacamos que el anuario se hacía de un año para otro quedando encuadernado en tomos así nos lo indica el periodista gaditano, a quién le expreso mi agradecimiento, D. Manuel Pedreño Cueto quien nos facilita copia de dicho anuario.
Plano de la bahía de Cádiz a principios del s.XIX
1881 La ciudad cuenta con un club de palomas viajeras.
Recientemente se ha constituido en Cádiz un club de palomas viajeras cuyo objeto es fomentar la cría y propagación de este tipo de animales.
La afición a las palomas viajeras se va extendiendo en nuestra ciudad, donde varias personas poseen muchos y preciosos animales de esa familia.
La sociedad se propone dar este año tres concursos. La junta del nuevo club está compuesta por:
Francisco La Coste, presidente; Eduardo Collet, vicepresidente y tesorero y Fernando García de Arboleya y Monroy, secretario.
1882 Competición de palomas viajeras.
El Club de Palomas Viajeras celebró el día 24 del mes que nos ocupa (Agosto) un concurso con tan favorable éxito como el obtenido en los dos anteriores verificados en 23 de Abril y en 3 de Julio, el primero de los cuales fue de Sevilla a Cádiz (101 kilómetros en línea recta); habiéndose puesto en libertad en el primer punto a las once de la mañana diez palomos, de los cuales los nombrados Petit-Roi y Mulato de propiedad de D. Fernando García de Arboleya y Monroy fueron a la 1h22’40’’ presentados simultáneamente al Jurado compuesto por D. Eduardo Guerra, D. Ignacio Beyens y Somera, y D. José Vilches Chell, que les adjudicó el primero y segundo premio. El de Julio se verificó desde Ceuta (114 kilómetros en línea recta). Las cestas fueron abiertas a las siete de la mañana y soltadas las diez aves que contenían, de las que Currito, de D. Juan y D. Ramón García Ravina, fue a las 10h36’40’’ presentada al Jurado, que esta vez lo componían D. Fernando Carreras, D. Manuel del Castillo, y D. Luciano Alcon, y a las 10h38’40’’ Nelo, de propiedad de D. Manuel Vázquez.
En cada uno de ambos concursos consistieron los primeros premios en 1.000 reales, concedidos por el Ministerio de Fomento, y el segundo, en metálico, de la Sociedad. El del 24 de Agosto, que fue el tercero y último de este año, se efectuó en Lora del Río a Cádiz, cuya distancia es de 138 kilómetros en línea recta. Corrieron las palomas Nelo y Abd-el-Kader, de D. Manuel Vázquez, Ligera, Chula, Colibrí, Petit –Roi, Mulato y Mignon, de D. Fernando García de Arboleya, y Fígaro de D. Juan Manuel Lacoste. Soltadas en la referida Villa a las 6h7’ de la mañana, llegó a Cádiz Nelo a las 9h27’25’’ obteniendo el primer premio, ofrecido por el Ministerio de Fomento consistente en 1.200 reales. Chula, Ligera y Colibrí, ganaron el segundo, de 600 reales, el tercero de 200, ambos del propio Ministerio y el cuarto, que consistía en la devolución de la matrícula; cada uno de estos premios iba acompañado de un Diploma de honor. Compusieron el Jurado los ya referidos Sres. Guerra, Carreras y Beyens. Como una prueba de utilidad que resulta de la aclimatación y perfeccionamiento de una casta tan útil por todos conceptos, debemos mencionar los buenos servicios que las palomas viajeras de D. Joaquín Marenco han prestado al distinguido cuerpo de Artillería, pues dándole suelta desde puntos próximos al blanco en la costa de Rota, eran portadoras de las noticias del resultado de los disparos a los jefes que aquí los dirigían, empleando dichas aves en la travesía 11’ como máximo y 4’51’’ como mínimo.
Guía Oficial de Cádiz, o Guía Rosetty, de 1891.
Esta recopilación figura en las páginas 167 y 168 y 434 de dicho anuario y entre otras curiosidades tenemos la denominación francesa de la paloma, paloma viajera (pigeon voyageur). Las sueltas de Ceuta – Cádiz, resultan muy curiosas por atravesar el estrecho, pienso que debían viajar en barco y las de Lora del Río y Sevilla seguían figurando como puntos de suelta cuando viajábamos con el tren. Y como no la información facilitada a la artillería desde Rota, pueblo situado frente a Cádiz donde las palomas debían atravesar el mar que las separa.
Bueno una aportación más a la historia de la colombofilia en España.
Un saludo.
Luis Guimeráns Fernández
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Club de palomas viajeras de Cádiz