La muda

La muda, está caracterizada por ser uno de los procesos que causa gran estrés fisiológico en las aves, ya que tiene que reponer un porcentaje importante de su peso corporal, al igual que el volumen de sangre que pierden en gran medida. Las horas de luz y el calor inciden directamente en el inicio de renovación del plumaje de nuestras palomas.

Es un proceso anual que en animales sanos y bien alimentados no plantea problemas.

 

Es cierto que como consecuencia del desgaste que origina la formación de las nuevas plumas, se puede originar una disminución de la resistencia natural de nuestras palomas frente a posibles enfermedades y es por esto, que durante el periodo de muda, se manifiestan enfermedades (subclínicas, que no presentan sintomatología en otras circunstancias).

 

El Baño

Cuando las palomas están mudando les gusta mucho bañarse (más incluso que en otros momentos), como consecuencia probablemente de la renovación de los epitelios (piel,..).

En este momento se retocan y colocan el plumaje, eliminando plumas sueltas y restos que les pueden molestar (también lo apreciamos a regreso de los concursos).

Es recomendable ponerles el baño al menos una vez a la semana, lo que contribuirá a la limpieza de tejidos muertos así como la limpieza de las nuevas plumas, así como la estimulación de la circulación en la piel.

Variedad en la Alimentación


 

En esta época se utiliza alimentación o mezclas específicas de muda. Estas mezclas contienen un contenido de leguminosas en torno al 25-30%, ya que contienen mayor porcentaje de proteínas, imprescindibles para la formación de las nuevas plumas.

Una comida rica en proteínas durante varios meses, puede intoxicar la sangre y el riñón no trabajar bien, lo que podría perjudicar a la calidad de las nuevas plumas.

También destacamos en estas raciones la presencia de semillas ricas en aceites.

La variedad en las mezclas de muda es importante para poder disponer de los requerimientos necesarios en esta fase.

Los minerales y sus necesidades, también se ven incrementados su consumo, puesto que son imprescindibles para la renovación del plumaje. Calcio y Fósforo son necesarios en mucho mayor cantidad ahora que en otras fases.


 

El consumo de grit (del que las palomas obtienen minerales) se incrementa de forma muy marcada, por lo que es imprescindible renovarlo de forma continua, así como procurar conservarlo en las mejores condiciones (evitar que se ensucie ni que se altere por una humedad ambiental elevada: renovación diaria).

La administración de aminoácidos (especialmente lo que contienen Azufre) ayuda a la nueva formación de las plumas.


Metionina                         Cisteína

Las necesidades en Metionina y Cistina se aumentan de manera exponencial (recordemos que poseen azufre en su composición).

El descenso de la temperatura ambiental también afecta a la muda. A finales de verano que coincide en pleno proceso de gran muda (motivada por la

reducción de la luz diurna), las diferencias térmica de la noche y el día pueden provocar alteraciones en el desarrollo de la misma ya que el organismo de la paloma necesita de aportes extras de energía para mantener la regulación de la temperatura corporal (termógonesis).

Es importante que al diseñar un palomar se tengan en cuenta estas circunstancias, sobre todo donde reposan las palomas durante la noche, que no quiere decir el empleo de la calefacción.


   

Los defectos de desarrollo en el raquis lo marcan unos pequeños estrangulamientos (las bárbulas están marcadas de la misma forma que después de un concurso o de una enfermedad, formando una «v» bien conocida de los aficionados), a nivel de los cuales la rotura será fácil. Se trata, en efecto, de una falta de salud o de carencia alimentaria en el momento de la gran muda, y esto no tiene nada con la sarna.

Las alteraciones más frecuentes de las plumas y su nueva formación durante la muda son debidas a:

  • Carencias nutricionales.
  • Quistes foliculares por no exteriorización de la pluma en crecimiento.
  • Infecciones bacterianas (staphylococos,…).
  • Enfermedades víricas (alteraciones muy marcadas, incluso rotura).
  • Parásitos (internos y externos).
  • Lesiones producidas por hongos (principalmente candida albicans).
  • Avitaminosis.
  • Aplicación de tratamiento con fármacos que alteran o intervienen el metabolismo del calcio y fósforo (lo que incide en la formación de las nuevas plumas).
  • Graves esfuerzos durante el crecimiento de las nuevas plumas (con cursos, cría tardía,…).

Por lo tanto, cuidados más especiales durante esta fase, para obtener un buen plumaje que debe durar hasta el próximo año.

La conclusión es que hay que tener en consideración tres puntos esenciales:

  • Alimentación adecuada para la época de la muda
  • Confort térmico
  • Estado de salud y de sanidad perfecto

Guillermo Barrallo


Descargar:

 La muda

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies