Criptococos (el hongo silencioso)

En muchas ocasiones hemos escuchado a compañeros o leído que a veces y tras unas pruebas analíticas se diagnostica la presencia de hongos en nuestras palomas.

Debemos diferenciar entre varios tipos de hongos-levaduras que afectan de forma distinta a nuestras palomas, así como las formas de contagio y propagación mediante las cuales llegan a nuestras palomas.

El más frecuente, en cuanto a su presencia, es la Cándida Albicans, la cual resulta relativamente fácil aislarla en una inspección rutinaria de nuestras palomas. Es una levadura que si bien no origina, en principio, daños mortales, si “abre puertas” para que otros agentes patógenos actúen y se sumen a los daños ocasionados, pudiendo ser de esta manera más intensos.

Aspergilosis es otro tipo de hongo que origina graves daños a nivel respiratorio (sacos aéreos) en incluso daños a nivel de vísceras abdominales (en casos de disminución de la efectividad del sistema inmunitario).

Este tipo de hongo, puede llegar a producir también unas toxina (micotoxinas denominadas Aflatoxinas) que son depositas (siempre que se den condiciones favorables de elevada humedad y temperaturas adecuadas) en la superficie del grano. Las aflatoxinas NO se destruyen (o es muy difícil) y su presencia implicaría descartar la ración que las presente o bien (como se hace en condiciones de explotaciones industriales para consumo), el empleo de secuestrantes que impidan su absorción (bloquean su asimilación al unirse con ellas).

Otro tipo de hongo aislado son los criptococos. Es relativamente frecuente poder obtener presencia positiva en palomas (la presencia disminuye mucho en los palomares más saneados y con mejores medidas higiénicas).

Si bien todos los tipos descritos hasta ahora son potencialmente transmisibles al hombre (zoonosis) vamos a centrarnos en este escrito sobre los criptococos (existencia, presencia, síntomas y posibles efectos adversos).

Cyptococus neoformans var. neoformans es un hongo que se mantiene gracias a los desechos de otros seres vivos, su distribución es mundial y ha sido aislado de deyecciones, muestras de buche, esófago e intestino de palomas y de otras aves incluidas las psitácidas, por lo que las instalaciones con deficiente higiene favorecen su crecimiento y diseminación.

También se ha observado su existencia en materia vegetal en descomposición: madera podrida y plantas muertas.

Hay otras variedades y especies de criptococos (bastante menos frecuentes) que han sido descritas como responsables de cuadros clínicos tanto en el hombre como en los animales, ejemplo: C. neoformans var. gattii , C. laurentii y C. albidus y con menor casuística C. uniguttulatus .

En el hombre, la mayoría de los casos de criptococosis están asociados a una deficiencia de la respuesta inmunitaria (disminución formación de células defensivas).

A pesar de que se puede aislar con relativa frecuencia en palomas, muchas de ellas controlan su nivel (sistema inmunitario) sin presentar signos externos de su presencia, por lo que se plantea si podría formar parte de la microflora “normal” presente en palomas.

Se trasmite por vía inhalatoria (vías respiratorias) y con menor frecuencia, se cree, que a través de la piel y mucosas.

Los síntomas que presentan los animales muy afectados son, dificultad respiratoria,

adelgazamiento marcado, lesiones a nivel hepático, renal y en intestino.

Otros signos son pérdida de peso progresivo, apatía y falta de apetito. Decaimiento general y pérdida de vitalidad y energía. Anemia.

Si bien en teoría es posible el contagio al hombre, sólo se han constatado que los casos de afectados son pertenecientes a los grupos de riesgo (siempre INMUNOSUPRIMIDOS): personas con enfermedades que debilitan marcadamente el Sistema Inmunitario, personas ancianas, niños o embarazadas.

El tratamiento es complicado y con efectos secundarios (por lo que debe ser pautado por profesionales especializados).

La mejor medida de prevención es mantener una adecuada higiene en las instalaciones y las palomas.

Guillermo Barrallo Fernández.


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